A estas alturas ya conocemos todos la noticia de que los Juegos Olímpicos del 2016 no se llevarán a cabo en Madrid, sino en Río de Janeiro (Brasil). Y aunque nuestra candidatura consiguió llegar hasta la final, lo cierto es que estuvo muy lejos de obtener la victoria ya que 66 votos fueron para Río y 32 para Madrid.
Se cumplió por tanto la ley no escrita (vigente desde Helsinki 1952) de que dos Juegos no se pueden celebrar en el mismo continente de forma consecutiva.
Tras esta enorme decepción municipal, el Ayuntamiento tendrá que finalizar las obras ya iniciadas pero los madrileños seguramente nos ahorraremos gran parte de los 831 millones de euros que costaba la Villa Olímpica y los 824 que costaba construir los estadios de Madrid 2016. Y digo nos ahorraremos porque hasta dentro de dos años no se podrán presentar candidaturas para los Juegos del 2020 (donde probablemente optarán Paris y Berlín como ciudades europeas), pero habrá por medio unas elecciones municipales que siempre complican mucho las cosas.
Pasados estas horas de “manos abiertas y enorme ilusión”, volvemos al día a día: el paro, los eres, los parquímetros, las acometidas de viajeros en el metro y EMT, las obras de la calle Serrano, el antojadizo traslado del Monumento a Colón a unos metros de donde estaba, etc, etc.
Hasta el 2020 todavía tenemos muchas cosas por hacer y por las que preocuparse.
Se cumplió por tanto la ley no escrita (vigente desde Helsinki 1952) de que dos Juegos no se pueden celebrar en el mismo continente de forma consecutiva.
Tras esta enorme decepción municipal, el Ayuntamiento tendrá que finalizar las obras ya iniciadas pero los madrileños seguramente nos ahorraremos gran parte de los 831 millones de euros que costaba la Villa Olímpica y los 824 que costaba construir los estadios de Madrid 2016. Y digo nos ahorraremos porque hasta dentro de dos años no se podrán presentar candidaturas para los Juegos del 2020 (donde probablemente optarán Paris y Berlín como ciudades europeas), pero habrá por medio unas elecciones municipales que siempre complican mucho las cosas.
Pasados estas horas de “manos abiertas y enorme ilusión”, volvemos al día a día: el paro, los eres, los parquímetros, las acometidas de viajeros en el metro y EMT, las obras de la calle Serrano, el antojadizo traslado del Monumento a Colón a unos metros de donde estaba, etc, etc.
Hasta el 2020 todavía tenemos muchas cosas por hacer y por las que preocuparse.
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