Crees recordar que cuando eras pequeño algo fué mal, psiquiatras, psicólogos e incluso difuntos no han logrado tapar tus secuelas, desde aquel verano formas parte de una leyenda urbana de caracter teatral. Eran 4 como en el Equipo-A, tú jugabas con tus colegas a mata-mata-pam-pam, lejos de ser una historia con final feliz, aquí es donde te abandona Peter Pan.
Contaban las crónicas de por aquel entonces que si no te portabas bien saldria a tu encuentro, "La Furgoneta De Los Abuelos Maricones", todo el mundo temía que a sus hijos los raptaran 4 desviados esquizoides.
El más joven de todos contaba con 60 años y servia de diana en un show de circo, mientras el "artista" le lanzaba cuchillos, él suplicaba siempre a gritos, bueno es normal, después de haber sufrido el fallo en algunos tiros.
Le seguia con 72 años, el eterno mago frustrado de verbena de pueblo, conocido solo en la década de los 60, cosechaba ahora polillas en vez de aplausos, además de haber fallecido el conejo que guardaba en su chistera a buen recaudo.
Con 80 años de edad, el mediano había conocido antros de todo el mundo en los que codearse con toda la fauna de la mala noche. El viejo "Croupier" habia abandonado sus aires de Casino y sucumbido al uso de las nuevas tecnologias que le habian transportado al mundo viejuno, con zapatillas de estar por casa en un asilo nauseabundo.
Y con 91 años de verdadera decadencia en su poco productiva carrera, Erol, hubiera sido un actor bastante prometedor en la época que se inventó el cine, si no fuera por que haciendo de extra le rebanaron las piernas rodando "Ben-hur" unos leones. Ahora, ultimaba sus dias en una silla de ruedas eléctrica y he tenido que poner antes ruedas, por no mencionar lo que este hombre merecía: una silla eléctrica.
Toda esta caspa decrépita de uso proclive al aroma de Varon Dandy a granel, se reunió cierto dia sin saber cual era su propósito ni porqué, tal vez vengar todo su pasado nostálgico, frustrado y también algo paradójico, pues ninguno de ellos dobló jamás el lomo, tal vez por ser alérgicos al trabajo.
Siendo guiados por Erol, el más experimentado en este ámbito de roce entre semejantes, les aleccionó cuidadosamente y con un intensivo cursillo logró hacerles ver el mundo desde la perspectiva del agujero de sus culos... previa prueba de tradición milenaria y tras comprobar que los supositorios caian de nuevo al ser insertados, es cuando entonces estaban ya preparados y aquello les valió a todos el título de "Abuelos Maricones" y fueron a celebrarlo.
Entre sus multiples hazañas y raptos, queda constancia la de uno en particular que sigue ocupando el más alto rango, que tras previo deleite de los ancianos palmó mientras sostenia con boca y trasero un par de aparatos de esos engendros y así tuvieron que seguir su camino. Hasta poder dar con una cizalla que les aliviara de aquella perpétua y encarnizada lucha por librarse de aquel "trucha", al que le dejaron rota...la hucha.
Allá donde iban causaban el terror que diezmaba a la población, forjaban leyenda como un far-west de Sodoma y Gomorra junto a sus "pozos de ambición", en más de una ocasión fueron portada de miles de carteles que daban recompensa por sus caras, en más de una ocasión estos abuelos se reunian en manada.
Erol continuaba el adiestramiento exhaustivo a pesar de los pocos rendimientos que obtenía de aquellos carcamales de espanto, con su silla perseguía desnudo a sus discípulos procurando no dañar más la senilidad pronunciada de aquellos individuos. Erol jamás se conformaría con el paso a la historia como uno de los grupos más perturbados y dañinos de niños, Erol queria ser algo más, Erol queria ser leyenda urbana, eso o cualquier cosa que acojonara.
A menudo Erol se sentaba en su porche y con su banjo narraba batallitas de jovenzuelo por el mundo melancólico de sus recuerdos desviados hacia el orificio humano, ahora, desprovisto totalmente de sensibilidad de cintura para abajo, solo podia realizar ansiadas acciones que no le ofrecian en absoluto el placer esperado por este abuelo tozudo y mutilado.
Se comportaba como el profesor Xavier, el de los X-men, y en cierto modo esto no era muy "des-cabellado", puesto que él tampoco tenía pelo y realmente la crítica hubiera calificado a estos viejos gamberros con una "X" en sus cuellos, marcándolos cuales reses, por sus actos vandálicos y atroces, por todo el periplo profanado que comprendia desde el estado de Missouri hasta Oregón y alrrededores.
Pronto comenzaron a envejecer más, si cabia, pronto brotaron sus chepas y melancolía, el tiempo se les escapaba de las manos y también la vida, empezaron a desfallecer y a volatilizarse toda idea de vuelta al trabajo con alegría. Ya no cotizaban como el terror que les habia brindado su propia naturaleza, es vez de eso, yacían en constante traqueteo anti-reproductorio que sus podridos cuerpos aún les concedian, ya no eran nada, nadie jamás supo de su historia y mucho menos de su leyenda urbana, Erol fracasó y jamás pudo perdonárselo, acabo sus dias pendiendo de un árbol, ahorcado con silla de ruedas incluida, de regalo.
Si tiene usted algún problema y si los encuentra, quizá aún pueda excavar sus tumbas y volver a enterrarlos.
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