9 de septiembre de 2009

Cuando ya me empiece a quedar solo


Era una noche lluviosa y en el auto íbamos solo nosotros dos. Julián cantaba en el asiento de atrás y yo trataba de que el agua me dejara manejar. De pronto comenzaron las preguntas sobre la muerte. Después continuó preguntándome por su abuelo, de por qué no lo había conocido y de cómo había fallecido. Le conté que era viejito, estaba enfermo (usé palabras que pudiera entender) y que por eso había muerto. Se quedó en silencio y por el espejo lo vi mirando por la ventilla.


Al ratito continuó: ¿Y yo también me voy a morir cuando sea viejito y esté enfermo? Le dije que no sabía pero que seguramente iba a ser así, pero que para eso faltaba mucho. Y para que no se preocupara continué: Pero mucho, mucho. Y que, (muchas veces las aclaraciones sobran) probablemente, por ser más grandes que él a su madre y a mí nos iba a tocar primero. Volvió el silencio y, ya parado detrás de mí continuó ¿Ustedes se van a morir? Le expliqué que todos en algún momento nos vamos a morir, pero que él iba a ser grande cuando eso ocurriera y que antes de eso íbamos a jugar mucho e íbamos a mirar mucha lluvia caer. Pero él continuó con un tono más apesadumbrado y más pausado ¿Y mi hermana también? Le dije que si y otra vez volvió el silencio


Preocupado por mi respuesta y por el tono de la conversación no dejé de observarlo por el espejo. Vi que sus ojos se iban humedeciendo y que su voz se quebraba cuando me dijo: Pero…. (Con su mano derecha se refregó los ojos y siguió) pero yo los voy a extrañar mucho.


Detuve el auto y lo abracé. Lo abracé fuerte y le pedí al cielo que demorara mucho la llegada de ese tiempo en que él se sintiera mal por extrañarnos.


Pocas cuadras después él ya se había olvidado de nuestra conversación y retomaba una canción que había aprendido en el jardín de infantes. En cambio yo volvía a maldecir a la lluvia pero esta vez para disimular mis lágrimas.

1 comentario:

  1. Ay Luís, que me he emocionado... me has hecho revivir una conversación parecida.
    Realmente es un tema doloroso del que hablar con ellos, pero hay que hacerlo, forma parte de nuestra estancia en el mundo.
    Un saludo!

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