Harto es conocida esa tradición por el escaqueo a bordo del metro, mamoneo extremo, delincuencia barata, en fin... llamadlo como os de la gana.
Solicitaron mis servicios para proponer medidas a un asunto algo delicado y del que no saliera nadie mutilado. Por supuesto me hubiera negado bajo esas condiciones, si no hubiera sido por esa maleta llena de billetes que me miraba de manera provocadora, tal vez insolente. Cuando me dí cuenta de que eran billetes sencillos de metro, el mundo se me cayó encima, yo pensaba que serian bonos de diez, que atrevido por mi parte, es que aún no sabia con que clase de buitres trataba?
-Sí, yo ahí trabajaba.
Después de meses de infructuosas investigaciones y búsquedas de métodos de pago obligatorios y a la vez inocuos para el viajero, tras haberme enfrentado personalmente cara a cara con el mismísimo diablo viajando con delincuentes en el metro, al fin logré hallar la solución oportuna, muy inteligente, pero poco devastadora a nivel físico, lo cual me entristeció, he de admitirlo.
Mi proyecto se aprobó y pronto el dispositivo se hallaba instalado en la mayoría de explotaciones ferroviarias, las que no, acabaron explotando o pasto de las llamas.
El método consistía en abochornar al viajero de manera totalmente cruel, dejándole en evidencia ante todo aquel que hubiera pagado su billete, evidentemente el usuario sin título de transporte era delatado por la propia megafonía ante el inminente anuncio de parada, que era sustituido por un aberrante insulto hacia él de manera aleatoria.
Tras complejas operaciones y cálculos que serian de incomprensible explicación para cualquier lector sin los oportunos conocimientos en la materia, este revolucionario sistema daba inmediatamente con el infractor para posteriormente narrar todos sus atributos y vestimenta de una forma infalible para el reconocimiento instantáneo por parte de los demás viajeros.
Sometido a tal escarnio y ridiculizado hasta el extremo de decir basta, el damnificado no solía reincidir y de esta forma se lograba acabar con el fraude de una forma parcial, puesto que todavía quedaba un grupo sobre el que experimentar:
-Los Sin-Vergüenzas
Pero eso es ya, otra historia...
El Dr. KeePER
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