Mueren de agonía,
tras el cristal de la hipocresía,
de una intolerancia vacía.
El amor está en el recuerdo
de una puerta cerrada,
en una melodía sin acabar,
en un diálogo sin pronunciar.
Es una vida de apariencias,
atadas por las circunstancias...
¿Dónde está el sol?
¿Dónde la luna?
¿Dónde está el cielo estrellado?¡No hay nada!
Sólo el silencio de una muerte
anunciada por la copa de la ira derramada.
Porque con sus manos:
"Tomaron a un hombre diciendo:
Nuestro pan comeremos y
con nuestra ropa nos vestiremos;
tan sólo déjanos llevar tu nombre;
quita nuestro oprobio".
¡Mensajeros de la muerte...!
http://dhoffmann.blogspot.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario