El cálido poemario "Popurrí " de Miriam R. Krüger resulta una delicada expresión del desarraigo total. Que no se me malentienda: en la literatura, y en la vida, la nostalgia y su poderosa capacidad para evocar resultan fecundadores. En el caso de Krüger , el desarraigo de su tierra de origen , el Perú, se alimenta y es alimentada por su poesía; a su vez, su propio desarraigo interior, su deseo incontrastable de cubrirse de sus afectos y no desprenderse de ellos recubre cada página de su última entrega literaria.
Mi oficio es mi destierro, decimos con el excelente poeta peruano Rabí Do Carmo , cuando nos referimos a la poesía de Miriam R. Krüger. Ella comparte la actitud ofrecida por el verso de Do Carmo , pero no en el sentido triste y melancólico con que solemos asociar a la querencia sentimental, si no con la fortaleza de espíritu. Mi cuerpo delgado es invencible , expresa con resolución en su poema Ambrosía. Hace del dicho nietzscheano , loque no me mata , me fortalece, una lección a seguir.
Sorprendente, además, que el libro se encuentre escrito en cuatro idiomas: luxemburgués, castellano, francés e italiano. Da una idea del apetito cosmopolita de nuestra autora , su intenso esfuerzo por ser universal.
Su despliegue lingüistico es, no obstante, la otra cara de la moneda de su literatura: su contenido es sencillo, llano, pácidamente evocador, bucólico por momento, íntimo en su intimidad ( perdonad la verbigracia).
Su despliegue lingüistico es, no obstante, la otra cara de la moneda de su literatura: su contenido es sencillo, llano, pácidamente evocador, bucólico por momento, íntimo en su intimidad ( perdonad la verbigracia).
Para Miriam R. Krüger, los contenidos modernistas de la poesía latinoamericana- el desarraigo y el cosmopolitismo- son en realidad la copa que contiene su arte, en tanto que la sencillez y la llaneza , la ausencia de artificios , la composición sílfide y delicada como el pétalo de la rosa, que siendo elemental no es por eso menos bella, es el continente de su escritura.
De allí que me sienta en condiciones de felicitar a la autora y este libro suyo, el que confirma mi impresión que el siglo XXI en la literatura será de la mujer. Que sea , entonces , como la adiviación de un beso o la alegría de la primavera, instintos ambos que nos acercan al advenimiento de circunstancias más felices y prósperas.
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