26 de julio de 2009

No importan los recuerdos

Sentada al fresco en el patio, acompañada pero con semblante neutro y mirada ausente, yo te observaba mientras esperaba que la celadora me librara de la barrera que de ti me separaba.

En la espera, mi memoria te evocaba como mujer de emociones escondidas, para ti era signo de debilidad mostrarlas, comprensible por las batallas que en la vida has tenido que librar.

Se desvanecieron estos pensamientos cuando nuestras miradas se descubrieron enternecidas y la emoción en tu rostro se manifestó. Aunque hábilmente tus lágrimas enjugaste, yo ya supe que de mi te acordabas, ¡qué alegría!, pues mi madre me dijo que ya apenas preguntabas.

A
brazos como pocos había dado y recibido fueron los nuestros. Tanto y tan pocas palabras... Fundidas en el cariño te acariciaba con ternura igual que a un niño, donde la piel suave de éste, en ti eran surcos de una vida vivida intensamente, y donde una cabecita con todo un mundo por descubrir, en ti era cabeza cana de recuerdos perdidos sin oportunidad de poderlos reconstruir.


El tiempo para ti son sólo momentos. El instante en que cruzamos nuestras miradas, en que nos emocionamos, nos abrazamos e intercambiamos cariño... El instante en que me preguntaste una y otra vez cuántos niños tengo y sonreías... En el que me ofreciste un caramelo e, infantilmente, escondiste la bolsa para que nadie más te pidiera... El que aproveché para fotografiarte y luego no te reconocías al mirarte... El instante en que me despedí con un hasta pronto y un beso en la frente.

E
sos instantes son las pequeñas cosas que te hacen ser feliz.

Y
a mí también.
^^

No hay comentarios:

Publicar un comentario