"La muerte no nos roba los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo. La vida sí que nos los roba muchas veces y definitivamente."
- François Mauriac -
Hoy en día, podemos retratar la realidad mediante los dispositivos de los que, quién más y quién menos, tenemos a mano. Edificios, plantas, familiares, amigos/as, etc. son algunas de nuestras "victimas" seleccionadas para ser observadas en el momento que lo creamos oportuno mediante nuestra replica de la realidad atrapada en una situación que, por lo común, suele despertarnos una sensación interna mezcla de nostalgía, recuerdo y reavivación de esos momentos. Pero la historia de la fotografía también deja constancía de situaciones y momentos dificiles de olvidar por lo crudo y extremo de la relidad, asesinatos, guerras, miseria, pobreza...la fotografía no perdona ya que tampoco entiende, depende de quién se resguarde en las afueras de ese marco inerte y a la vez vivo por lo que en él se representa, ¿o quizá vivo no será la expresión correcta?...
El estudio de la fotografía se remonta a una inquietúd, la que tenía Aristoteles allá por el s.IV a.c. por su precupación de hallar un sistema, una forma, de poder copiar la realidad, eran tiempos de ingenios y de intentar alcanzar por los medios adecuados aquello que se imaginase, pero aún no sería el momento, el relevo lo cogió más tarde Leonardo da Vinci en el s.XVI con la aplicación de "la camara oscura", un curioso instrumento que con ayuda de unas lentes podría, según Aristoteles: "Pasar la luz a través de un pequeño agujero hecho en un cuarto cerrado por todos sus lados. En la pared opuesta al agujero, se formará la imagen de lo que se encuentre enfrente". Leonardo experimentó con ello y pudo así calcar la realidad que tenía delante mediante sus dotes artisticas. Realizando de esta forma lo que podrían ser las primeras fotografías de la historia, la técnica se expandira y utilizará en el Renacimiento en el que se le incluira un espejo, creando "la camara lucida" que no era más que la proyección sobre una base horizontal la imagén de aquellas camaras oscuras de Aristoteles y da Vinci, y cuyas realizaciones durarían incluso horas hasta alcanzar su fiel copia de la realidad. Fué ya en el Renacimiento cuando en intima conexión con el "carpe diem" se infundaba a su véz un sentimiento, un concepto: el "memento mori", (acuerdate de la muerte). Es por esto por lo que el retrato comenzó más que nunca a utilizarse para inmortalizarse y así combatir el paso del tiempo, al tener una idea de "el estar preparado para la muerte", el retrato ya no tenia un caracter exclusivamente artistico o estamental en el caso de la nobleza, burguesía o mecenazgo, sino que a su véz incluiría ese componente de "ser recordado en su paso por el mundo".
Ya dando un salto en el tiempo, nos trasladamos hacia finales del s. XIX, siglo donde la fotografía daría un avance cualitativo de la mano de la revolución industrial al pasar de calcar la realidad a mano a poder hacerlo de forma casi automatica gracias a un nuevo descubrimiento basado en los avances de Niépce en 1816 y 1826: el daguerrotipo de Louis Daguerre en 1939. Fue entonces cuando a modo de recuerdo se conmenzó a demandar la nueva técnica del retrato como parte del culto a la muerte en sepelios, algo logíco y aceptado si tenemos en cuenta la gran difusión del Romanticismo de aquella época donde literatos, artistas, politicos, etc. fomentaban esa revolución en contra del clasicismo y el Racionalismo instaurados decadas atrás en los tiempos de la ilustración, entonces se acrecentaba también una vuelta al pensamiento supersticioso. Por lo que, entendiendo el marco antropologíco y sociologico de aquellos momentos puede ser que la fotografía post mortem no nos ahuyente con ese halo siniestrista como a la mayoría de nosotros lo hace hoy.
Hermanos y padres que aparecen con sus difuntos hermanos o hijos, madres que sostienen a sus bebés en su regazo, niños y niñas con la mueca de la muerte reflejada en la comisura de los labios, ojos mirando a la nada o al infinito..., son algunas de las imagenes que podemos encontrar en la fotografía post mortem de finales del XIX y principios de XX en una gran cantidad de "retratos" que en la grán mayoria de los casos serian el unico testigo de que esa persona estuvo en el mundo, de que hubo un momento en el que existió y un ser, del cual, sus familiares no se querian olvidar.
Paradojicamente, fue este tipo de fotografías (post mortem), lo que dio fama a la técnica del daguerrotipo, ya que era necesario un gran periodo de exposición para que la imagen quedase fijada en la placa metalica de cobre. Por ello es que los fallecidos fuesen los "modelos" perfectos para el retrato ya que no había que corregir su posición a la vez que no se incomodaban por una postura continuada. Tambien es destacable la puesta en escena de algunos cadaveres donde se le intenta conferir cierto humanismo al rodearlos de flores, familiares, mascotas, etc. en un intento de evitar concebir la imagen en su totalidad como de desdicha y desgracia, ya que, como se comentaba antes, en la mayoria de ocasiones era la unica prueba de que existió ese ser, por lo que la foto sería vista en mas de una ocasión por sus seres queridos como homenaje a su persona y al recuerdo de la misma y era, aunque el coste era elevado, mucho más barato que el retrato en pintura por la mano de un artista, puesto que ese tipo de representación artistica quedaba reservado a familias pudientes con una mas que sobrada solvencia economica.
El negocio de la fotografía post mortem fue in crecendo conforme se iba demandando retratos de ultimas voluntades, ya fuese por petición del propio difunto en vida o por los familiares. Los fotografos del momento vivian espeluznantes anecdotas cuando se encontraban con un sequito en sus salas ansiosos de poder retratar a su ser querido antes del sepelio, fue entonces por lo que comenzarón a "desplazarse a domicilio" como queda reflejado en un articulo de el periodico español "El Nacional", de 1861, ampliamente difundido en la red por lo curioso y anecdotico que nos resulta hoy en día este anuncio y que hoy traslado al Laboratorio para dejar constancia de su peculiaridad.
Los fotografos tambien hacian uso de su "arte", al fabricar ellos mismos soportes exclusivos con los cuales dar una posición artistica más adecuada a sus clientes, emulando una postura natural que pasaría a la posteridad, y que curiosamente, pese a su concepción morbosa por parte de la opinión publica, hoy podemos apreciar. El objetivo de aquellas fotografías se ha cumplido: el futuro es consciente de que existieron.
Ya con el paso del tiempo, este tipo de retrato ha ido pasando a la historia por los posteriores avances en materia fotografica y la grán difusión que ha tenido la fotografía desde su nacimiento. Hoy podemos hacer fotos casi en cualquier ocasión y momento, por lo que, a parte de que se nos puede quedar reservado en la intimidad, ya no es necesario fotografiar a nuestros seres queridos en el momento de su muerte, por lo común poseemos alguna imagen de algún momento especial, como cumpleaños, bodas, comuniones, festividades, etc. incluso se nos exige para diversos asuntos burocraticos y de seguridad (d.n.i., curriculums, filiaciones, estudios...), de esta forma ya no concibimos el retrato o fotografía post mortem como algo normal, pero si el colocar una imagen del difunto en nuestros cementerios, ¿pensaremos igual dentro de 150 años?, quién sabe, lo mismo no piensan de igual forma las futuras generaciones y nos tachan de morbosos y depravados y cuestionaran nuestras constumbres sean las que cada uno sea que tenga.
Hoy por hoy el concepto ha ido evolucionando hacia el circulo profesional, periodistas de sucesos, corresponsales de guerra... la importantisima labor de documentar casos de medicina forense, la fotografia en la fijación del lugar de los hechos en materia de investigación criminal, etc. tambien son ejemplos actuales de fotografía post mortem, que si bien carentes de ese sentimentalismo propio del Romanticismo dirigido a los propios familiares fallecidos, se siguen realizando al margen de actuales formas de "arte", como por ejemplo las polemicas obras de John Durcan, Peng Yu o Zhu Yu sin incluir la ya consolidada "obra didactica" del Prof. Gunther von Hagens (no carente de polemica) titulada "Bodyworls", o como aquí en España "Bodies" y que ya tratamos en el articulo "Donate a la ciencia".
Para más información al respecto, a continuación podremos ver tratado el tema de esta macabra técnica en el siguiente video de Cuarto Milenio.
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· Autor: Rubén Buendía.
· Vía: El Laboratorio de Gwen
Hola Rubén.
ResponderEliminarLa primera vez que tuve noticias sobre este tema fue a través de la película "Los otros", en donde muestran muchos retratos de personas ya fallecidas y todos ellos con los ojos cerrados y sentados.
No sé si se conservará esa tétrica costumbre todavía en algún lugar del planeta, pero es lo que tú dices, quizás con el paso del los años, cualquier costumbre que se tenga ahora en el futuro puede verse como una barbaridad.
Allá por los años cuarenta y cincuenta, en algunos pueblos, se tenía la costumbre de saltar por encima del muerto, estando éste tumbado en el suelo, en la creencia de que traía buena suerte. Costumbre que creo que también se ha perdido.
Quien sabe si dentro de 150 años, sea considerada una locura el enterrar un cuerpo o el quemarlo, pues la ciencia quizás nos pueda decir hasta cuando hay vida después de la muerte física tal y como la conocemos ahora.
Un saludo