La conclusión principal de este libro es que la humanidad no alcanzará la sostenibilidad, la equidad, la armonía ni la felicidad mientras su objetivo económico principal siga siendo la busqueda del crecimiento industrial, medido por el PNB. Esto no significa que el nuevo objetivo deba ser el crecimiento nulo, pues éste, en principio, también es compatible con la insostenibilidad y la injusticia. lo que sí significa es la restricción progresiva de la actividad económica con limitaciones estrechas de sostenibilidad, y la dirección explicita de dicha actividad por y hacia los valores humanos positivos: el desarrollo personal y la calidad de vida, la participación en la sociedad, la democracia y la justicia, y el control de los resultados económicos en función de dichos objetivos. Para las naciones pobres, el logro de estos objetivos exige un crecimiento significativo de la producción, no así para las naciones ricas. Pero si el cambio tecnológico, impulsado por valores centrados en las personas en transición hacia una ecoomía principalmente solar, es capaz de obtener tal crecimiento, sería una ventaja apreciable.
La economía, como sabía Adam smith, es una rama de la filosofía moral. Sihoy día se parece más a una idolatría financiera, es porque su valor moral central es el interes propio. La esperanza de Smith de que este intrés propio pudiera ser el motor principal del progreso social ha resultado vana. La glorificación de la codicia ha conducido por un lado al centro comercial, y a la explotación flagrante por el otro. La Economía Verde preferiría limitarse a los terrenos en que sí coinciden verdaderamente los intereses propios individuales con los sociales.
Smith sabía que a las personas también las mueve poderosamente la conciencia individual y el amor al prójimo, pero no tenía gran concepto de ellos como fuerza económica. Por su parte, la Economía Verde tiene grandes esperanzas puestas en ambos. Son vigorizantes e inspiradores, y están en armonía con el tipo de economía que espera crear. Pero la sensibilidad moral y el amor al prójimo no exigen un autosacrificio. El mandato biblico es "amaras al prójimo como a ti mismo", no "en lugar de a ti mismo". La simpatía por los demás que siente la economía verde procede de una sana preocupación por el desarrollo personal y la realización de uno mismo. Todavía no podemos saber si esta preocupación puede construir una fuerza que ponga en su lugar a la codicia y a los mercados. La única manera de saberlo es intentarlo y descubrirlo."
Os animo a leerlo y a disfrutarlo.
Pablo Cantero "Picapiedra"
Me encantaría explorar cada una de las vaguadas de esas hermosas montañas.
ResponderEliminarNo lo he leído, pero me haré con él, que tiene buena pinta por lo que dices...
Un abrazo
Gracias Pablo, parece una lectura muy interesante, casi me atrevo a decir, por lo que narras, que incluso debería de ser obligatoria para todos. El tema es, "si la única manera de saberlo es intentarlo y descubrirlo", atención a este último verbo, no nos de por cambiarlo una vez más por "destruirlo".
ResponderEliminarSaludos.
Arwen