14 de marzo de 2009

Cuestión de cerebro

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Creer en Dios puede ayudar a bloquear o calmar la ansiedad y a disminuir el estrés, según un estudio de la Universidad de Toronto. El estudio, publicado online en Psychological Science, fue liderado por Michael Inzlicht y realizado sobre unos voluntarios.
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Comparados con los no creyentes, la actividad cerebral de los creyentes era significativamente menor en el córtex cingular anterior (ACC, en sus siglas en inglés), una región del cerebro que ayuda a modificar el comportamiento cuando se necesita atención y control, generalmente como resultado de algún evento productor de ansiedad, como por ejemplo cometer un error. Comprobaron además que cuanto más firmes eran sus convicciones religiosas menos respuesta había por parte de esta región cerebral a sus propios errores.
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El estudio apoyaría la idea de que las creencias religiosas tendrían un efecto calmante sobre los creyentes, que cometerían menos errores y sufrirían menos ansiedad al enfrentarse a lo desconocido. La ansiedad puede ser negativa porque si hay demasiada paraliza de miedo a la persona, pero además tiene una función útil de alerta cuando cometemos errores.
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Si uno no experimenta ansiedad cuando comete un error, dice Inzlicht, ¿qué le hará cambiar de comportamiento para no cometer el mismo error de nuevo? (Neofronteras)
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Es decir, que es difícil -y cuanto más creyente sea, aún más complicado- despojar de sus creencias religiosas a una persona, ya que ésta piensa que se encuentra en posesión de la verdad absoluta... No permite en su convencida mente un atisbo de duda, de incertidumbre... y cuando ve tambalearse el mundo a su alrededor, sólo acierta a pensar: "los caminos del Señor son inescrutables...", "que sea lo que Dios quiera", "hay que aceptar la voluntad del Señor...", e infinidad de incomprensibles -para los no creyentes- sentencias, todas en el mismo sentido fatalista e irrefutable.
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Me resulta peligroso pensar que existe gente que se cree dueña de todas las respuestas. Al menos, las espirituales. Sin duda alguna. Sin que le rechine escuchar y pronunciar frases como las anteriores, o como ésta, tan utilizada: "Si Dios quiere..." Es decir, que si Dios quiere, las cosas saldrán bien, las personas sanarán de sus males y viviremos en un remanso de paz y amor... pero ¿y si no quiere? pues será el caos, las siete -o las que hagan falta- plagas y el fin del mundo... pero, eso sí, sin que esto genere ansiedad o duda en los cerebros creyentes... "Sería, una vez más, la voluntad de Dios".
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Y yo, que afortunadamente me lo cuestiono casi todo, me pregunto: ¿y por qué no iba a querer Dios que las cosas nos fueran bien...? ¿Qué oscuro interés o lúdica perversión podría albergar este Padre protector que nos vigila y maneja a su antojo? ¿Por qué no puede ni sabe educar mejor a sus hijos?
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Concluyo, como siempre, que si Dios no existe -que va a ser que no- es patético todo el submundo creado hacia su devoción y culto (por no hablar de los crímenes generados por el fanatismo religioso), y una pérdida de tiempo y de vida humana sin razón lógica alguna...
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Pero es que... si Dios existiera... creer en él y en su eterna bondad -a estas alturas y visto lo visto- se me antoja tan inverosímil y absurdo que no puedo considerarlo sino una especie de enajenación mental.
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Y, como no hay lugar a la duda, para nada transitoria.
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8 comentarios:

  1. Cuando alguien me dice "si Dios quiere", yo respondo "y si no también". Porque sólo de nosotros dependen las cosas funcionen o no.
    Mi hijo tiene una pregunta que siempre que tiene oportunidad la suelta, pero no esperando respuesta, sino para que el otro entienda que no es posible: "Si Dios creó al hombre, ¿quién lo creo a él?

    Un abrazo Marga.

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  2. Acabo de leer esta entrada y difiero en casi todo por no decir todo lo que dices en ella. Soy creyente y no me creo en posesión de la verdad absoluta, tan sólo en la verdad en la que creo.

    Si no creyera que mi fe es la verdadera ¿de qué me valdría creer? sería estúpido pensar que creo en algo que no existe o que es mentira ¿no te parece?, lo cual no quiere decir que no respete profundamente a los ateos, agnósticos o a quienes viven desde otro punto de vista la fe en Dios.

    No tengo todas las respuestas, precisamente por eso, porque no las tengo, las busco, por tanto no creo que sea peligrosa para nadie, salvo para quienes piensen que buscar respuestas es una amenaza para alguien.

    Despojar a una persona de sus creencias, de sus convicciones no es tarea fácil, desde luego, pero yo estaría dispuesta a despojarme de lo que me ha costado muchos años de búsqueda, experiencias, crisis y dudas conseguir, si alguien me demostrara que aquello en lo que creo no es verdad, ni bueno, ni válido.

    En cuanto a lo que hablas de la fatalidad, no creo que sea algo que caracterice a los cristianos actuales, luchando contracorriente del pensamiento actual en general, y desde luego, personalmente, jamás me he cruzado de brazos frente a la adversidad, precisamente porque la fe te hace levantarte, caminar y te da fuerza para sobrevivir en los momentos difíciles.

    Mezclas muchas cosas en esta entrada, tales como el fanatismo religioso, hablas de submundos patéticos e incluso de enajenación mental para aquellos que tenemos fe, y como me parece que me extendería demasiado en la respuesta a todas y cada una de las cosas que nombras, prefiero dejarlo aquí, en algo que te puedes tomar simple y llanamente como otro punto de vista.

    Supongo que comprendes que tú tampoco estás en posesión de la verdad absoluta, por tanto, si la verdad tiene muchas caras, te mando un saludo desde una de ellas.

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  3. Estupenda respuesta, shikilla. Opinamos antagónicamente, pero no por ello vamos a callarnos. Ni a evitar crear duda ¿verdad?

    Por supuesto que no tengo la verdad absoluta -puede que ni la relativa- ¡qué más quisiera! pero el estudio no es mío, es de un experto -yo no lo soy- y tiene base científica, que es la que a mí -y a muchos- nos vale.

    El estudio ha comprobado que el creyente no admite error ni duda -generalmente- por mucho que se le demuestre de forma tangible. Y eso es verdad, aunque tú no lo reconozcas. Me pregunto por qué será...

    Y en algo tengo que mostrar mi admiración hacia vosotros: si con todo lo que ocurre a nuestro alrededor, si con la nula manifestación física del Creador, aún seguís manteniendo la existencia de un Padre Protector y magnánimo que nos devolverá a la vida después del juicio final, me descubro ante vuestras convicciones.

    Os evitáis muchas preguntas y dolores de cabeza...

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  4. Dos personas con ideas opuestas prodrían estar horas y horas hablando sobre temas de creencias y religiones sin avanzar o retroceder en sus posturas, porque las convicciones e ideas que defienden sólo las verán así.

    Es cierto que quien tiene una creencia religiosa tiene un apoyo más a la hora de afrontar cualquier tipo de problema y saca fuerzas para afrontarlo con más éxito, pues dispone de esa ayuda que el que no cree no tiene.

    Hace unos meses traté el tema de la existencia y la creencia. Las conclusiones que se pueden sacar son ninguna, es decir, que quien opine de una forma salvo un gran acontecimiento que le haga pensar de otra forma, no cambiara su postura.

    Creo que si saqué alguna conclusión, es la misma que la que tenía, el respeto a unos y a otros. Esa es la grandeza que nos tiene que mover, la permisividad tanto para quienes manifiestan una postura de incredulidad hasta los más creyentes y devotos de la religión que sea, pues para cada uno de ellos, la suya es la verdadera y no se debe cuestionar si lo que piensa es así o no, porque es algo muy personal que va más allá de lo científico.

    Porque que no nos quepa duda, el hombre a día de hoy, aún no sabe nada y el desconocimiento en todas las materias es casi total. Un científico sólo sabe lo que tiene probado, que es poco y desde el punto de vista de las teorías que se tratan, que facilmente puede ser cambiada por otra más adelante y cambia todo lo que tenía pensado al respecto.

    Deberán de pasar siglos, deberán de venir de otros planetas para decirnos si estamos o no equivocados, si es que ellos lo saben, que es también muy probable que no estén en posesión de la verdad o sí.

    Saludos

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  5. En fín, cuestión de cerebro o de corazón, la fe es ese fenómeno que quizás nos pone gafas de color de rosa, hace que oigamos campanitas de las alas de los ángeles cuando caminamos, que sonríamos con un brillo especial en nuestros dientes y que luzca dorada y pura nuestro aura al cruzarnos por la calle con el resto de los mortales, caminando, no, flotando diez centímetros por encima de la acera...

    Sería bonito, sí, pero la vida no sonríe de un modo especial a los creyentes, ni siquiera tenemos vales descuento para las primeras filas del cielo, ¡ah! el cielo es ese lugar donde iremos si somos buenos.

    Marga, te invitaría a dar una vuelta por mi blog donde únicamente hay una pequeña parte de mis dudas, preguntas, inquietudes y vivencias, más que nada para que veas que también los creyentes, como ya te dije en el comentario anterior, nos cuestionamos, dudamos, y preguntamos lo que nos rodea, por supuesto tenemos dolores de cabeza, como todos, por la política, la economía, la vida...y es que, si Dios es tan poderoso por qué no acaba, por ejemplo, con la crisis, o con el hambre, o con los tipos que les huelen los pies (que a mi personalmente me dan un asquito!!).

    Fíjate, aún así, creo. Debo ser boba o estar loca.

    Con todo cariño, creo que te equivocas en un matiz, no espero que Dios me devuelva a la vida cuando mi alma, energía, o como queramos llamarlo, se haya desprendido de mi cuerpo, sino que lo que espero es que me la dé, que me dé la vida.

    Európides, cierto, el hombre no sabe nada, pero si reconocemos como Sócrates que no sabemos nada, ya es un paso adelante, por cierto, los científicos también son hombres.

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  6. Hola a todos/@s y saludos cordiales:

    Yo no soy creyente, aunque por supuesto respeto a quien lo sea.

    En mi opinión la religión es una forma de control de masas, como lo son otras actividades, incluidas las sectas o la política.

    Creo que el principio filosófico de la vida es ¿a dónde vamos? y ¿de dónde venimos? y por supuesto tenemos que darnos la explicación convincente del por que estamos aquí.

    Es más fácil para un creyente pasar por la vida y pensar que un día irá al cielo.

    Yo sólo espero disfrutar al máximo de esta vida que nos ha sido concedida y dejar una buena huella entre los/las que me acompañan, sin más pretensiones ni más cielos ni infiernos...lo que haya si lo hay que sea bueno y bienvenido sea y si no pues como dice el refrán: "Vive duro, vive poco que la vida dura poco" o como digo yo: Disfruta de la vida que es muy breve y hay que vivirla con la mayor intensidad.

    Un beso y un abrazo para todos, seais del color que seais o de la ideologia religiosa o laica que tengais.

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  7. Por supuesto, Arwen. El problema viene cuando la Iglesia se mete donde no debe -a mi juicio- y opina y califica (más bien descalifica) a su antojo y según su criterio.

    Últimamente existen muchos temas sociales en los cuales su intromisión es absurda y dañina. Precisamente porque no todos comulgamos con ruedas de molino.

    Para mí su opinión es la misma que la proveniente de cualquier otra secta, pero hay personas más influenciables, para las que la palabra eclesiástica es dogma de fe. Y sin ser creyentes...

    Y, además, nos la quieren imponer a los demás. Como broma, ya está bien. ¿No?

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  8. Totalmente deacuerdo contigo Marga. Mucho se habla en los últimos tiempos del obispado y de sus contrariedades con el gobierno en cuanto a la ampliación de la ley del aborto, sólo por poner un ejemplo.
    En otro orden de cosas su santidad el papa se opone claramente al uso del preservativo incluso cuando éste trata de frenar pandemias como el sida en lugares como África.

    Sin palabras. Pero sí muy fuerte y muy grave.

    Saludos para todos/@s.

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