dulce y empalagoso.
A veces amargo
pero siempre delicioso.
Cuando no lo tienes lo deseas,
cuando lo pruebas , desearás más
y si no lo tienes, te echarás a llorar
¡Ay amor! de chocolate,
rellenos de inquietudes y deseos.
De lágrimas y algún que otro mareo.
Hay amor de chocolate,
que nos acompaña desde la cuna
hasta el fin de la noche.
Y siempre prometiéndonos la luna.
Una luna de crocantes y leche merengada
que tú y yo disfrutamos en una noche estrellada.
Donde me abrazas con pasión,
diciéndome que me amas.
¡Ay amor de chocolate!
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